Seguidores

martes, 22 de noviembre de 2011

#.

No recuerdo si lloré cuatrocientas o cuatro mil noches, solo recuerdo que sobreviví meses enteros en los que me costó encontrar una buena razón para levantarme por las mañanas. Con el tiempo entendí que la mejor parte de los recuerdos me la llevé yo, y que eso era lo único que podría agradecerte, aunque la levadura del tiempo haya multiplicado algo que quizá nunca fue, porque puede que nunca hayamos sido. Dentro de mí, solo quedó como residuo una falta de confianza a cualquiera que me mirase como hacías tú. Desde entonces escribí mucho más, porque las lágrimas nunca curaron tanto como las letras, creé capas y escudos y empecé un viaje sin rumbo con trasbordos de éxito nulo...nadie tenía tus ojos. Pero ya sabes lo que dicen del tiempo y el olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario