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Las transiciones en la vida suelen venir marcadas con grandes acontecimientos: cumpleaños, graduaciones, bodas... Pero las mayores transciones surgen en momentos más íntimos, cuando paramos a ver cómo somos. Porque cada vez que vemos lo lejos que hemos llegado, también vemos todo el camino que nos queda. Para transformarnos por completo tal vez tenemos que liberarnos de todo aquello a lo que nos hemos estado aferrando, para buscar un nuevo camino: el verdadero.
Pero si al final ves que la persona en la que te has convertido, no es la que querias ser, siempre puedes dar media vuelta e intentarlo otra vez.